La odontología moderna, siempre a la vanguardia, busca continuamente solventar todos los problemas que puedan derivar de la dentadura. Sea mediante pautas básicas de higiene bucal, sea aplicando tratamientos más invasivos, la odontología es capaz de resolver todo tipo de problemas dentales, bucales y de oclusión, tratándolos o previniéndolos. Como nos comenta el odontólogo Dr. Calvero, la mejor manera de evitar visitas al dentista, es la prevención, sin embargo, hay casos en los que la prevención no es posible. Una de esas situaciones que requieren la visita al profesional odontólogo es la incapacidad de una pieza para erupcionar correctamente y colocarse en su lugar.
Los dientes incluidos o impactados como se denominan, son las piezas dentales que muestran problemas para erupcionar y permanecen en el interior del hueso. Cuando se da esta circunstancia y las piezas no son capaces de erupcionar por si mismas, quedando retenidas, hay que lograr que atraviesen la encía. Para que nos entendamos, se denomina erupción dental, justamente a ese hecho: que el diente, atraviese la encía para tomar su posición en la arcada.
La única manera de lograr que la encía ceda el paso al diente, es mediante una fenestración dental. Caninos y terceros molares (las muelas del juicio) son las piezas más proclives a sufrir este problema. El resto de la dentadura no suele presentar anomalías en lo que a erupción respecta. En el caso de los caninos, por tratarse de unas piezas elementales tanto a nivel estético como funcional, es fundamental procurar que salga en el momento correcto y se coloque en su posición natural.
Practicar una fenestración dental es el tratamiento más utilizado en estas circunstancias en las que las piezas dentales, permanecen incluidas en el hueso. Su finalidad es favorecer la erupción de los colmillos, cuando estos, quedan secuestrados dentro de la encía.
En que consiste una fenestración dental
Este tipo de tratamiento quirúrgico, consiste en un procedimiento odontológico que se práctica como parte de un tratamiento de ortodoncia. Su aplicación se hace cuando es necesario tratar, previo a la implantación de ortodoncia, casos de piezas dentales incluidas, favoreciendo de este modo su erupción y reposicionamiento dentro de la boca.
Se consideran piezas dentales incluidas o impactadas, aquellas que no han conseguido erupcionar por si mismas y, han quedado retenidas en el interior del hueso.
Con la finalidad de que dichas piezas no permanezcan dentro del espesor óseo, puedan atravesar la encía y colocarse en el lugar correspondiente de la dentadura, se practica la fenestración dental. Sin este paso previo a la ortodoncia, podría hacerse necesaria la extracción de la pieza y el consiguiente tratamiento de implantología.
La fenestración dental, por lo tanto, consiste en una intervención quirúrgica que elimina el hueso y la mucosa presente en el diente incluido, para permitir, a través del orificio o incisión practicado en la encía, la liberación de la pieza dental. De este modo, la pieza dental, queda expuesta y visible. En este momento, el ortodoncista puede colocar un bracket para hacer que, debido a la tracción generada sobre la pieza, se movilice y ocupe su lugar correspondiente en la arcada.
Como venimos diciendo, esta técnica o tratamiento, se realiza en el caso de que existan piezas impactadas en la arcada, pero no siempre será necesaria esta intervención. En algunas ocasiones, los odontólogos, consideran que es mejor decantarse por la extracción de la pieza.
La razón por la que el ortodoncista considera necesaria una fenestración dental, es la rehabilitación de la mordida. Con este tratamiento, se pretende que la pieza incluida en el hueso, llegue a su posición en la línea de oclusión y se ubique en el lugar que le corresponde para cumplir su función dentro de la dentadura.
Terceros molares o muelas del juicio y caninos superiores, son las piezas que más problemas de erupción presentan. Por lo general, las piezas cordales, salvo casos particulares, no suelen ser proclives a necesitar una fenestración dental.
Los colmillos impactados son, sin embargo, las piezas que más requieren de la práctica de una fenestración, de modo que, se evite la necesidad final de extraer la pieza y tener que recurrir posteriormente, a otras opciones de tratamiento mayores como prótesis o implantes. La fenestración, permite conservar el canino y situarlo en la posición a la que debería haber llegado por si mismo, de manera natural.
Para los casos en los cuales la pieza dental incluida, sea otra diferente al canino superior, será el ortodoncista el encargado de determinar la necesidad de una fenestración dental. En ocasiones, el caso concreto, amerita la conservación y reposición de las piezas, mientras que en otras situaciones pueden ser más adecuadas y convenientes las extracciones.
Mediante los controles odontológicos y las radiografías completas durante la época de desarrollo en la que se cambian los dientes, se puede valorar el proceso eruptivo de los niños. En el caso de detectar posibles problemas de erupción, es posible hacer una planificación anticipada de las actuaciones más convenientes.
Importancias de los dientes caninos
Los caninos o colmillo, son una de las piezas dentales más fuertes de la arcada. Su función es la de rasgar y cortar lo alimentos en trozos más pequeños, misión que les otorga mayor relevancia en el proceso de masticación y deglución de los alimentos. Añadida a su función primaria, juegan un papel fundamental en la oclusión, la alineación de la arcada y la fisionomía de la cara. Ejercen de guía en el posicionamiento del resto de las piezas dentales, mantienen la continuidad de los arcos dentarios y conservan la forma de los labios en el rostro.
Además, intervienen en los movimientos de lateralidad de la boca. Su presencia es la que favorece que, al hacer movimientos de mandíbula hacia los lados, el resto de las piezas dentarias no contacten entre sí, protegiendo la articulación temporomandibular y evitando posibles disfunciones de la misma.
Las personas que carecen de los caninos en su dentadura, tienen la oclusión mandibular alterada, así como la mordida y la manera de comer y hablar. A parte de las consiguientes consecuencias estéticas y articulares.
Debido a estas razones, los odontólogos y ortodoncistas, procuran evitar en la medida de lo posible, la extracción de un canino incluido. La fenestración dental es el tratamiento más adecuado para permitir al paciente conservar su pieza original en la boca.
Como se hace una fenestración dental
La fenestración dental, implica un procedimiento quirúrgico, mínimamente invasivo, mediante el que se expone la corona de la pieza dental incluida. De este modo, el ortodoncista, dispondrá de un acceso para colocar un bracket y traccionar la pieza hacia la posición deseada.
Previamente a la intervención, es necesario que el ortodoncista, lleve a cabo un correcto estudio del caso clínico del paciente en cuestión. Los exámenes radiológicos, clínicos, fotográficos y físicos, permitirán planificar el tratamiento de forma especifica para cada paciente.
Una vez ha sido realizado el diagnóstico y se ha determinado la necesidad de la fenestración, el ortodoncista remitirá al paciente al cirujano que se encargará de practicar la intervención. Dada la posible complejidad de la situación, puede resultar conveniente, contar con un enfoque multidisciplinario para resolverla favorablemente.
La cirugía propiamente dicha, consisten en abrir una ventana en la encía y retirar el hueso y la mucosa presente alrededor de la corona de la pieza impactada que, es la que obstaculiza su salida. Tras esta limpieza, la corona de la pieza, queda descubierta, favoreciendo y propiciando su colocación.
Las técnicas quirúrgicas a utilizar pueden variar a razón de las particularidades de cada caso en concreto. No obstante, en todos ellos, el procedimiento se lleva a cabo en las consultas dentales, de forma ambulatoria y bajo anestesia local. Se trata de un procedimiento rápido que se realiza en media hora más o menos y no reviste mayor gravedad.
Tras haber practicado la incisión y limpieza de la zona, el ortodoncista puede colocar un accesorio de ortodoncia a la pieza. El bracket, va unido a un cable o cadena de ligadura que va a ejercer como activador de la tracción de la pieza durante la etapa de movilización y colocación.
En algunos casos, es necesario esperar a que la mucosa cicatrice antes de proceder a colocar el bracket. Una vez que se retiran los puntos de sutura y se han recuperado los tejidos, la corona queda expuesta y visible, por lo que es posible colocar el bracket y que empiecen los movimientos de tracción para reposicionar la pieza.
Por norma general, el postoperatorio de una fenestración, no conlleva edema facial ni complicaciones de ningún tipo. Aunque será necesario seguir una dieta blanda durante dos o tres días y tomar antiinflamatorios si el cirujano lo considera conveniente.
Si han de ponerse puntos de sutura, estos serán retirados al cabo de una semana, para proceder a colocar los brackets. A partir de este momento, los controles regulares y las visitas al dentista, se convertirán en algo ineludible, para poder detectar y corregir de la manera más precisa los movimientos excesivos, los posibles sangrados de los tejidos blandos o las desviaciones indeseadas.