¿Qué es el diseño de sonrisa?

El diseño de sonrisa es un servicio estético que prestan algunas clínicas dentales, que consiste en, partiendo de las características de la boca del paciente, conseguir una sonrisa radiante y simétrica. Es un servicio personalizado, para el que se aplican diferentes tratamientos combinados a fin de obtener la sonrisa de la que el cliente se sienta orgulloso.

Como nos informan desde Smile Me, odontología en Alcobendas (Madrid), es un sistema pensado para personas que tienen la boca sana; es decir, que no padecen caries, gingivitis u otra enfermedad dental, puedan lucir la sonrisa más bonita posible. A partir de ahí se corrigen las imperfecciones.

Tal y como indican en la revista digital Nueva Tribuna, todo comienza con un examen del paciente. El odontólogo debe recoger toda la información posible sobre la dentadura y detectar las anomalías que deben ser corregidas. Es necesario realizar radiografías intraorales y extraorales, a fin de obtener un perfil facial y dental detallado del paciente. Con toda la información recogida, el odontólogo hace una serie de propuestas y el cliente elige.

Gracias a los avances tecnológicos se puede recrear una simulación del resultado final por ordenador. Una imagen que sirve de orientación al odontólogo. El cliente puede hacerse una idea de cómo quedará su boca al finalizar los tratamientos. También puede sugerir ajustes o mejoras, que el dentista podrá tener en cuenta.

Normalmente, el dentista ofrece varias opciones al paciente, partiendo de sus peculiaridades, y de lo que se puede hacer. El cliente elige aquella que más le convence. Partiendo de un compromiso consensuado, el odontólogo pone en marcha los tratamientos necesarios para lograr el resultado deseado.

Tratamientos utilizados.

En este servicio no existe una fórmula mágica, ni un procedimiento de actuación estándar. Dependiendo de las peculiaridades del paciente, se aplicarán unos tratamientos u otros, o se combinarán varios entre sí. Estos son los más utilizados.

Blanqueamiento dental.

Es uno de los tratamientos más demandados. Consiste en devolver la blancura a la dentadura. Con él se eliminan las manchas superficiales del esmalte de los dientes y se ilumina y rejuvenece la sonrisa.

Por diferentes razones, los dientes con el tiempo terminan decolorándose y perdiendo su tono natural. Se muestran con ese tono amarillento y con antiestéticas manchas en la superficie. A veces es solo consecuencia de la edad, en otras ocasiones el deterioro se ve acelerado por el consumo de tabaco, café o ciertos medicamentos.

El blanqueamiento supervisado por un odontólogo se puede hacer de tres formas: en la clínica, en el domicilio del paciente o de manera mixta. Es recomendable hacer el blanqueamiento bajo la dirección de un profesional, pues se utilizan técnicas y productos que pueden dañar el esmalte de los dientes. Bajo el control del odontólogo se minimizan los posibles efectos.

El blanqueamiento en la clínica se realiza mediante la aplicación de luz led. Tumbado el paciente en el sillón dental, el dentista aplica un gel blanqueador que cubre la dentadura. El haz de luz led reactiva el gel, y este disuelve las manchas. Es el procedimiento más rápido. Dese la primera sesión se aprecian resultados. En pocas visitas, se consigue un blanqueamiento considerable.

Para el blanqueamiento domiciliario, el dentista entrega al cliente un gel con agentes blanqueadores que el paciente deberá aplicarse en casa. Durante unas horas se coloca unas férulas dentales plásticas en los dientes, que distribuyen el gel por la dentadura, y al estar cubierto, se intensifica su acción. Normalmente, se pone durante la noche. Este es un tratamiento más lento, pero también más constante y menos agresivo.

Con el método mixto se combinan los dos tratamientos, o se realiza un blanqueamiento domiciliario bajo la estrecha supervisión del dentista. El diseño de sonrisa se basa en la atención personalizada y en ofrecer al cliente los tratamientos que mejor se adaptan a las características físicas y médicas de su boca.

Carillas.

Las carillas son un tratamiento estético y reparador. Con ellas se resuelven pequeñas fisuras en los dientes, se cubren los espacios interdentales excesivos y se arreglan pequeñas malposiciones dentarias. También, con ellas, se pueden eliminar marchas en los dientes.

Son finas placas que se colocan sobre los dientes originales. Son muy populares las carillas de porcelana. Para ellas se pule el diente original, restándole una parte del esmalte, de manera que con la carilla no aumente el grosor del diente. Se le encarga a un protésico dental, diseñando la forma y el color, de manera que pase desapercibida en la boca.

Otra de las opciones son las carillas de composite. Una resina cerámica que se aplica sobre el diente y el propio dentista le va dando forma y color con la fresadora. Son menos duraderas que las carillas de porcelana, pero se colocan más rápido.

En la actualidad se utilizan las carillas de disilicato de litio. Una combinación de cerámica y vidrio. Con ello se obtiene un apósito resistente y duradero. Normalmente, se diseñan las carillas por ordenador, son las carillas first fit. Son mínimamente invasivas, ya que son tan finas que apenas es necesario pulir el diente original.

Otros tipos de carillas son las de “Componer”, unas carillas de composite ya prefabricadas, y las “Lumiere”, fabricadas en porcelana extrafina, que para colocarla no es necesario tocar el esmalte del diente. Por muy fina que sea la porcelana, es un material resistente que puede durar 20 años o más.

Contorneado de los dientes.

Es un tratamiento sencillo, mediante el cual se liman pequeñas irregularidades del esmalte para obtener una uniformidad en la dentadura. Sería, por ejemplo, cuando se tienen los caninos muy puntiagudos o los incisivos irregulares.

Como indican en la revista Nara Digital, es un tratamiento sencillo, indoloro y permanente. No necesita anestesia, se realiza de forma rápida y solo sobre la pieza a talar. Generalmente, se practica en una sesión. Es uno de los tratamientos más sencillos y económicos de estética dental.

Se recomienda proceder a él, en casos de bruxismo (rechinar de dientes), fracturas mínimas, dientes ligeramente astillados, para suavizar los surcos en el esmalte, para igualar la altura de los dientes, para ajustar la forma de dientes irregulares o para nivelar caninos muy grandes o puntiagudos.

Tras hacer una evaluación previa, el odontólogo realiza un marcaje, para determinar con precisión la forma del diente. Esta operación puede ser manual o digital. Tiende a consensuarse con el paciente. Después, se procede a la tala por medio de una fresadora especial y otros instrumentos de lijado dental. Finalmente, se cubre aquellas zonas en las que se ha eliminado parte del esmalte con composite. De esta forma se protege el diente.

 Invisalign.

La ortodoncia invisible está causando sensación. Por fin, se pueden alinear los dientes y resolver problemas de mala oclusión de la dentadura sin recurrir a los incómodos aparatos dentales a base de brackets.

Se realiza por medio de férulas plásticas traslúcidas fabricadas a partir de la dentadura del paciente. A penas son perceptibles a la vista, y el paciente se la puede quitar para comer o para lavarse los dientes.  

Una vez determinada la necesidad de la ortodoncia, al paciente se le somete a un escáner dental. El aparato capta imágenes detalladas de la boca del paciente, apreciando hasta el mínimo detalle. Con esas imágenes se genera una recreación en 3D por ordenador. El documento servirá de base para fabricar la férula.

El paciente acude cada quince días a ver al ortodoncista y se le cambia la férula. Se le vuelve a hacer otro escáner, introduciendo breves variaciones, por las cuales se va guiando poco a poco el diente a la posición deseada.

Con la ortodoncia invisible se ha reducido casi a la mitad la duración de los tratamientos de ortodoncia. Son más precisos y el ortodoncista lleva un control más pormenorizado del proceso. Entre otras cosas, por la utilización de medios de última tecnología.

Permite una constante trazabilidad de la evolución de la mordida. El paciente puede ver como le quedará la boca antes de empezar a utilizar la ortodoncia invisible. Resulta muy ágil corregir posibles desviaciones del tratamiento. El ortodoncista introduce las correcciones que estima oportunas en las sucesivas férulas.

Respecto a la estética, las ventajas son evidentes. No se aprecia que se lleva puesta. Pasa desapercibida a la vista hasta en las distancias cortas. El aspecto estético ha sido siempre una de las reticencias para utilizar un tratamiento de ortodoncia. Aunque las ventajas a posteriori eran importantes, muchas personas se resistían a utilizar los antiestéticos brackets. Gracias a la ortodoncia invisible, más personas se han decidido a alinear sus dientes, ya sean mayores o adolescentes.

Otra de las ventajas es la limpieza. Al ser un instrumento removible, se puede quitar para limpiarse los dientes después de cada comida. Los correctores también se deben limpiar. En ellos se depositan restos de saliva y de alimentos que puedan quedar en la boca. La férula se limpia pasándola por un chorro de agua, o dejándola en un vaso con agua oxigenada, listerine o pastillas efervescentes para prótesis.

Partiendo del diseño de sonrisa programado, y de las características de la dentadura del paciente, el odontólogo usará unos tratamientos u otros, o combinará varios de ellos para lograr una sonrisa radiante.

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