Cuando pensamos en un colegio, lo primero que nos viene a la mente es un edificio grande repleto de niños jugando en el patio o aprendiendo en las aulas. Sin embargo, la estética de un colegio juega un papel decisivo en la percepción de todos nosotros: supone el reflejo de cómo impacta la educación en nuestra sociedad y cómo se puede aprovechar dicho lugar para crear un ambiente de aprendizaje saludable.
Las decisiones arquitectónicas y decorativas tienen mucho que ver: no es lo mismo un edificio sombrío, gris y mal estructurado, que un edificio colorido, amplio y bien iluminado ¿verdad? Además, los patios y las zonas de recreo no pueden ser tampoco de cualquier manera; deben reflejar una serie de emociones que inspiren a otros niños a jugar, divertirse y respetar a los demás. Todos estos conceptos componen uno solo: el concepto de escuela o colegio.
¿Cómo debería ser entonces, esta estética? ¿Se pueden cometer errores a la hora de construir una escuela? ¿Cómo deben ser las reformas para crear un espacio más agradable?
Lo conoceremos todo a continuación.
La importancia del entorno educativo.
Está demostrado: los lugares en los que los niños pasan gran parte de su tiempo pueden influir en su rendimiento académico y en su desarrollo personal. Por esto mismo, un entorno educativo bien diseñado no solo debe ser funcional, sino que también debe inspirar creatividad, desarrollar la imaginación y fomentar la colaboración entre todos.
Por lo tanto, la estética de un colegio debería incluir elementos que promuevan la curiosidad y la exploración, al mismo tiempo que cuidan aspectos básicos como la comodidad y la seguridad. Se debe tener en cuenta cada detalle: la disposición de las aulas, la elección de los colores y materiales, y mucho más, ya que cada decisión arquitectónica debe comprender el impacto que tendrá en la experiencia educativa de cada uno de los alumnos que visite el colegio.
¿Qué problemas encontramos en la arquitectura escolar actual?
A pesar de la importancia del diseño, muchos colegios presentan problemas arquitectónicos que limitan su funcionalidad y estética de muchas formas.
Uno de los problemas más comunes es la falta de espacio. Normalmente las clases están diseñadas de una forma que permita integrar un número grande de alumnos, lo que limita la movilidad y la interacción entre los estudiantes. Si se aplicara un diseño más dinámico, se podrían añadir zonas abiertas que permitan la reconfiguración de los espacios, fomentando la colaboración y el aprendizaje activo.
Además, la iluminación es otro aspecto fundamental que suele pasarse por alto (por desgracia). Si miramos bien en los colegios de nuestra ciudad, encontraremos que muchos dependen de la luz artificial, lo que puede provocar fatiga visual y afectar la concentración de los estudiantes. Una estética adecuada debería incluir ventanas grandes que dejen pasar la luz natural y conecten el interior con el exterior; además, se ha demostrado que la naturaleza tiene un efecto positivo en el bienestar humano, así que no deberíamos privarnos de ella, ni de pequeños, ni de adultos.
El bienestar emocional de muchos alumnos depende de la estética de sus escuelas.
El diseño arquitectónico también puede afectar en el bienestar emocional de los estudiantes:
Los lugares poco cuidados, aburridos o mal diseñados pueden provocar estrés y ansiedad, y los colores también pueden afectar drásticamente al rendimiento escolar. De igual forma, son muchos los estudios que han demostrado que los tonos azules y verdes se asocian con la tranquilidad y la concentración, mientras que los colores más cálidos, como el amarillo y el naranja, pueden estimular la creatividad.
Por ello, es vital que los colegios se preocupen por crear entornos acogedores que inviten a los alumnos a sentirse cómodos y seguros.
¿Qué pasa con el exterior?
En muchos colegios, los espacios al aire libre están completamente descuidados ¡lo cual es una pena! Ya que la inclusión de zonas verdes y espacios exteriores en los colegios mejora enormemente la estética, y además ayuda a que los estudiantes aprendan de forma divertida.
Los jardines, patios y zonas de juego son fundamentales para el desarrollo físico y social de los niños; en ellas, los niños pueden jugar, correr, practicar deporte, estimular la imaginación y practicar actividades relacionadas con el arte.
Y por supuesto, en dichos espacios al aire libre, los alumnos también pueden disfrutar de la naturaleza. Por tanto, se recomienda cuidar esta área mediante la incorporación de elementos como jardines comunitarios o zonas con huerto para el cultivo de plantas. Lo mejor de esto sin duda, es que a través de estas prácticas los niños aprenderán valores como la paciencia, la ilusión y el respeto por la naturaleza, los cuáles les ayudarán a tener una mejor personalidad en el futuro enfocada al cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad.
¿Qué propuestas de mejora y reformas existen?
Ante los problemas arquitectónicos mencionados, es primordial que se planteen reformas que aborden estas cuestiones. Para llevarlas a cabo, debemos seguir la recomendación que nos propone Sinexia SC, SLU: contactar con empresas especializadas que se encarguen de las reformas que necesitemos llevar a cabo.
Para que tengas algunas ideas de reforma presentes, te mencionamos las siguientes:
- Creación de aulas adaptables.
Las aulas deben ser un poco más adaptables a cualquier actividad y alumno; si viene un alumno en silla de ruedas, esto no debería ser un problema. Además, deben estar enfocadas a enseñar un sinfín de actividades, lo que puede incluir el uso de aparatos tecnológicos (que se arreglaría mediante la instalación de enchufes), la colocación de pantallas y proyectores, y mucho más.
- Invertir siempre en iluminación natural.
La iluminación de un colegio siempre debe estar cuidada. Para ello, te proponemos llevar a cabo la incorporación de ventanas grandes, tragaluces y muros de cristal que mejorarán la calidad de la luz en el interior, al mismo tiempo que permiten que los estudiantes conecten con el mundo exterior.
- Reformar y cuidar las zonas verdes existentes.
Por último, las zonas y exteriores y los jardines deben ser rediseñados para fomentar la exploración y el aprendizaje (¡y en el caso de que no haya ningún jardín u espacio verde, te aconsejamos incorporar uno!). Recuerda que las zonas verdes, los patios de juegos y las zonas de recreo al aire libre son fundamentales para el desarrollo integral de los estudiantes.
La comunidad como parte del diseño.
Otro aspecto fundamental en la estética de un colegio es la inclusión de la comunidad en el proceso de diseño. Los colegios no son solo meras instituciones educativas; son parte de la comunidad y, por tanto, deben reflejar sus valores y necesidades. Involucrar a padres, estudiantes y profesores en el proceso de planificación puede proporcionar una visión más completa sobre lo que se necesita para crear un entorno educativo seguro.
Para lograrlo, las encuestas y talleres pueden ser herramientas muy útiles, ya que se encargarán de recoger las opiniones de toda la comunidad de padres.
Y como punto extra, también podemos involucrar a los niños en pequeñas decisiones estéticas del colegio: pintar en las paredes dibujos que les encanten, reflejar palabras y frases que se les ocurran y que inspiren valores de compañerismo e igualdad ¡y mucho más! Seguro que de esta forma los niños se sentirán mucho más motivados a la hora de estudiar, y además, también podrán sentirse mucho más unidos a su propio colegio, lo que les ayudará a no sufrir tanto al separarse de su entorno familiar.
Reflexiones finales.
Hemos comenzado este artículo preguntándonos cómo debería ser la estética de un colegio, y probablemente muchas personas habrán pensado que esta decisión es meramente superficial; sin embargo, a lo largo del mismo, también hemos podido comprobar que la estética de un colegio no es un lujo, sino una necesidad fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes.
Como hemos mencionado, la forma en que están diseñados los espacios educativos puede tener un gran impacto en el bienestar emocional, social y académico de niños y niñas. Cuando abordamos estos problemas que hemos estado mencionando y proponemos reformas que prioricen la funcionalidad, la accesibilidad y la sostenibilidad, podemos crear entornos que realmente fomenten el aprendizaje y el crecimiento personal ¡lo cual es un gran avance!
Y como ya sabemos, para que todo esto funcione es esencial que todos estemos involucrados, desde arquitectos y educadores hasta estudiantes y padres. Sin lugar a dudas, un colegio debe ser un lugar donde los estudiantes aprendan, sí, pero también debe ser el lugar en el que se sientan cómodos, inspirados y preparados para enfrentar el futuro; por tanto, la inversión en la estética escolar supone una inversión en el futuro de la educación y, en consecuencia, en la sociedad en su conjunto.
Si todos ponemos de nuestra parte y nos preocupamos por velar por la educación de nuestros hijos y su bienestar físico y emocional, la sociedad y las siguientes generaciones serán cada vez mejores ¡y todos disfrutaremos de su gran cambio positivo! La educación es un concepto que engloba demasiado: es nuestro deber protegerla.