La primavera ya es un recuerdo del pasado, una estación que suele ponernos contentos porque dejamos atrás el frío del invierno, los días cortos, los abrigos gordos, la calefacción puesta a todas horas, los pies siempre fríos y la pereza de salir de casa o incluso de la cama. Pero también tiene cosas que nos agotan, como dejar atrás el frío (estarás de acuerdo si eres caluroso y sudas hasta con 20 grados en el termómetro), también conlleva un cambio de armario y guardar el nórdico en su funda y, cómo no, las primeras horas de calor nos dejan totalmente aplatanados, ya que el cuerpo no está todavía acostumbrado.
Pero, tanto si te gusta el verano como si no, no son negociables dos cuestiones: lo mejor del verano son los helados y las piscinas (o el mar, claro). No hay nada como refrescarse con un buen helado o un refrescante polo cuando el calor más aprieta, así como zambullirse en el agua es la mejor opción cuando el termómetro marca casi 40 grados (o sin casi). Sin embargo, en este punto se nos presenta un inconveniente: la piscina de nuestra casa no está a punto después de meses y meses cerrada, sin ningún tipo de mantenimiento y en muchos casos con roturas de lonas o con agua de lluvia que se ha filtrado en el interior. Por ello, y antes de ponerse manos a la obra, es esencial conocer cuáles son los mejores productos y, sobre todo, qué cuidados necesita nuestra piscina.
Nuestros amigos de Stocknet tienen claro qué productos no pueden faltar en nuestra casa. Se trata de los limpiadores desincrustantes, los antialgas y los aumentadores de PH, así como los tratamientos de agua y cloro. Gracias a estos productos, el agua de la piscina estará siempre en óptimas condiciones: limpia, cristalina y protegida de la formación de microorganismos. Además, tenemos que tener en cuenta que el mantenimiento de las piscinas es imprescindible antes, durante y después de su uso durante la temporada de baño. Y es que, si no cumplimos con las medidas higiénicas, podemos llegar a tener problemas graves de salud.
- El primer paso es revisar la filtración de la piscina. Esto incluye desmontar la bomba y limpiarla; verificar que el cable eléctrico está en buenas condiciones y, si no lo estuviera, sustituirlo por otro; limpiar el filtro para evitar obstrucciones.
- Con todos estos elementos revisados, el siguiente paso es limpiar los elementos que componen el sistema de filtración: la bomba y los filtros, que pueden ser de cartucho, de arena o de Aqualoon.
- También hay que revisar los accesorios de la piscina, es decir, las rejillas, el canal rebosadero, las boquillas de retorno y los cestos, así como el resto de elementos con los que contemos.
- La limpieza de la superficie es fundamental. Si la piscina está vacía, es probable que haya quedado agua residual de lluvia. En ese caso, es necesario vaciarla por completo y limpiar las paredes, el fondo y el skimmer. Si por el contrario la piscina está llena y el agua está en buenas condiciones porque hemos realizado un correcto invernaje, el paso a seguir es realizar un tratamiento de choque para estabilizar el agua y, además, se tienen que limpiar las paredes y el fondo de la piscina con cepillos y esponjas.
- El último paso en este sentido es el de revisar los elementos exteriores de la piscina, como las escaleras o los trampolines, si los tuviera.
¿Qué pasa si nos bañamos sin limpiar el agua?
Las piscinas son un foco de infección claro, de manera que los riesgos para nuestra salud de zambullirnos en agua sin tratar son numerosos. La explicación se encuentra en la temperatura, ya que el frío del invierno provoca que no haya bacterias, pero estas empiezan a aparecer en cuanto se registran las primeras olas de calor de la temporada.
Las partes de nuestro cuerpo que más pueden sufrir en este caso son la piel, el sistema respiratorio y los ojos, ya que el incorrecto mantenimiento puede provocar un exceso -o un defecto- de cloro, así como un desbalance en el PH. De esta manera, los problemas más comunes son afecciones como la irritación ocular y cutánea, problemas respiratorios como asma, otitis e, incluso hongos (es muy común la aparición de pie de atleta).
Para evitar estos problemas, además de realizar un correcto mantenimiento del agua de la piscina, también podemos ducharnos siempre antes y después de bañarnos en la piscina y utilizar gafas para bucear, gorro de baño y tapones para los oídos.