Dicen que los problemas comienzan a solucionarse cuando se reconoce su existencia. Esta afirmación, en la que os confesamos que confiamos al 100%, vale tanto para los problemas de una persona como para los de un grupo en concreto. La verdad es que esta es una cuestión que se ha comprobado en repetidas ocasiones y que ha sido reconocida por diversos expertos en materia psicológica. Ni que decir tiene que ese reconocimiento del problema es el que inicia todos los procedimientos para tratar de poner una solución al mismo. Y poner esa solución parte de todas las personas que se encuentran implicadas en el entuerto.
Existen muchos tipos de problemas. Podemos tener problemas con el trabajo, con la familia, económicos… pero pocos son peores que los que podamos tener con nuestra pareja, que se supone que es la persona o una de las personas con las que mejor nos llevamos y con la que queremos compartir los años que nos queden. Solucionar este tipo de problemas es importante y no solo eso: es elemental para que tengamos la posibilidad de seguir siendo felices con nuestra vida. Si decidimos dejarlos estar y esperar que el tiempo lo arregle todo, probablemente nos llevemos una sorpresa de lo más negativa.
Una de las claves para solucionar esos problemas de pareja es asistir a terapia de pareja. Hay muchas personas a las que les sigue dando vergüenza este tipo de terapia, pero lo cierto es que no debería ser así porque estamos hablando de una solución que funciona y que realmente permite mejorar la comunicación entre las dos personas que componen la pareja. Eso es básico si queremos reconstruir la relación y no dejarla morir. Hay muchas parejas que, por no haber puesto soluciones como las que os acabamos de mencionar, no han podido poner a salvo todo lo que construyeron durante años.
Vamos a poner en liza algunos datos que están relacionados de una manera directa con los problemas de pareja. El primero de ellos lo sacamos de la página web La Mente es Maravillosa, que apunta que tres de cada cuatro parejas que se ponen bajo terapia consiguen mejorar su relación. Se trata de una estadística bastante importante y que pone de manifiesto la relevancia que tiene el contarle nuestros problemas de pareja a una persona especializada en la resolución de cuestiones como estas. El índice de éxito cuando hacemos esto es sencillamente brutal.
En el portal web 20 Minutos también se publicó una noticia en relación a este tema que se centraba sobre todo en poner de manifiesto los problemas que causan esas tensiones de pareja que terminan llevando a las dos personas que la componen ante el terapeuta correspondiente. Los celos, la infidelidad, la llegada de un bebé, el miedo al divorcio o la ruptura y la baja práctica del sexo son varios de los motivos que hacen que las personas necesiten contratar un servicio como del que estamos hablando. Para todo hay solución, pero para todo también hace falta voluntad por cada una de las dos partes. Si no existe esa voluntad, la pareja está rota.
Tensiones existen en todas las parejas, negarlo es negar la evidencia. A veces, más, y otras veces, menos. Pero existen. Y si el orgullo se pone por delante del amor, tenemos un problema que puede hacer que todo lo que hemos construido codo con codo junto a la otra persona se pueda destruir. Existe la necesidad de ser conscientes de que tenemos un problema y poner de nuestra parte para solucionarlo. A veces, se puede hacer por nosotros y nosotras mismas. Pero, en algunas otras, se necesita ayuda profesional. Desde Terapia Psi nos han indicado que la terapia de pareja se está convirtiendo en algo cada vez más habitual tanto en España como en otros países europeos, especialmente por el alto grado de éxito que eso conlleva en la resolución de prácticamente cualquier tipo de problema conyugal.
La crítica constructiva y la empatía, elementales
Estos dos factores, si se poseen, garantizan un éxito tremendo en la resolución no solo de problemas de pareja, sino también de otros tipos. La crítica constructiva es aquella que sobre todo expone nuestro punto de vista, puntualizando soluciones para determinadas situaciones siempre desde el prisma de quien habla y siempre teniendo el respeto por bandera. En lo que respecta a la empatía, es básica porque nos permite colocarnos en la posición del otro y otra, comprendiendo los motivos que le han llevado a tomar una decisión y siendo capaz de perdonar los daños que haya podido causarnos esa decisión.
Con dos herramientas como las que acabamos de mencionar, está claro que podamos solventar cualquier tipo de obstáculo que nos impida ser feliz. Y la verdad es que merece la pena intentar poseerlas si es que nos ha costado hasta ahora. Ojalá que, a partir de este momento, todo el mundo pelee por adquirirlas. La calidad y fuerza de sus relaciones será mucho más grande.